¿Quién no recuerda esas noches de verano en compañía de nuestros familiares o amigos a la luz de las velas? Las noches de verano tienen algo mágico, cuando atardece y marcha el caluroso día dando entrada a la fresca, comienza un bonito ritual....!!! Encendemos las velas de nuestros farolillos y el ambiente comienza a transformase en una iluminación tenue, cálida y acogedora...,el ajetreado día desaparece, nos comenzamos a relajar, la paz interior instala en nuestro ser..., es el momento de compartir con aquellas personas lo que ha acontecido el día acabado, reuniones con seres queridos que dan paso a risas, a los recuerdos, a los sueños por cumplir...,las velas cómplices de nosotros mismos y eterna luz de inolvidables momentos vividos.